Tengo 32 años y de siempre me ha costado relacionarme con los demás, especialmente con el sexo opuesto. Cada vez que tengo que hablar con alguien siento que hago el ridículo y que los demás piensan que soy tonto. Frecuentemente me quedo en silencio y al poco me aparto de la conversación porque me empiezan a sudar las manos y me pongo muy nervioso. Si quedamos para comer, intento comer poco porque siempre me sienta mal la comida. Últimamente no paro de poner excusas para no quedar, y tengo miedo que al final no quedaré con nadie, porque es cuando me encuentro bien.

Respuesta
Gracias por compartir tu experiencia en la sección de El psicólogo responde. Por lo que nos comentas, tus miedos y ansiedad a la hora de hablar en público, parece que podríamos hablar de un caso de Fobia Social, especialmente si te pasa desde siempre.
Para el tratamiento de la fobia social, lo que se recomienda principalmente es la psicoterapia, ya que la persona debe aprender herramientas para relacionarse en las situaciones sociales. Normalmente para el tratamiento de la fobia social se deben analizar dos aspectos fundamentales:
- Las propias habilidades sociales que posea la persona. En ocasiones las personas con fobia social disponen de buenas habilidades sociales, aunque poco practicadas.
- Los pensamientos / anticipaciones negativas y descalificativas hacia uno/a mismo/a que realiza la persona y que supone el aspecto más importante dentro de la fobia social.
En el caso de que se detecte la necesidad de aprender o entrenar las habilidades sociales del paciente, el trabajo terapéutico irá enfocado a este propósito realizando con el/la psicólogo/a diversas simulaciones o roleplays para practicar determinadas situaciones sociales. Posteriormente estos mismos ejercicios entrenados en sesión se prueban en la vida real como exposiciones a situaciones sociales reales. Las habilidades sociales más entrenadas suelen ser:
- Expresar sentimientos positivos y negativos a los demás
- Defender los propios derechos
- Manejar las críticas
- Realizar críticas
- Hacer y rechazar peticiones
- Hacer y recibir cumplidos
- Interactuar con figuras de autoridad
- Interactuar con la familia
- Hablar con compañeros de trabajo, estudios, etc.
- Situaciones grupales de más de 3 personas
- Hablar en público, realizar exposiciones o ponencias
- Iniciación de interacciones sociales con desconocidos
- Mantenimiento de las conversaciones
- Finalizar conversaciones
- Expresar opiniones
Por otra parte, a la hora de aprender a controlar los propios pensamientos o descalificaciones se suele utilizar la técnica de la reestructuración cognitiva cuyo objetivo es corregir distorsiones cognitivas que la persona tiene sobre si mismo. Algunos ejemplos de distorsiones en los casos de fobia social son:
- Los demás se reirán de mí
- No se lo suficiente del tema que se está hablando
- Me están mirando y verán que no valgo mucho como persona
- Me estoy poniendo rojo y eso es terrible
- Mi opinión no es importante o acertada
- Haré el ridículo
- No querrán quedar más conmigo
- Si hablo se molestarán
- No quiero interrumpir
- Prefiero no participar y así no se fijarán en mí
- Si intervengo puede que me pregunten y no sabré qué responder
- Si hay un silencio es mi responsabilidad
- Los demás verán que no tengo habilidades sociales
- No sabré decir que no y me liarán de nuevo en algo que no quiero
- Voy a tener ansiedad y no la podré controlar
- Me van a sudar las manos y los demás lo verán
Fijaros que la gran mayoría de pensamientos son “anticipaciones del tipo catastrofistas” pero que en realidad son parte del día a día de las interacciones sociales. Precisamente este tipo de anticipaciones son la que se deben aprender a controlar mediante la terapia psicológica en los casos de fobia social.
En relación a la consulta realizada, recomendamos la búsqueda de un centro psicológico especialista en fobia social para poder trabajar de forma específica las áreas que sean más definitorias para la persona. Concretamente recomendamos la terapia cognitivo conductual, que es la que se centrará en trabajar los aspectos expuestos.
¡Muchos ánimos!
Rubén Blasco Navarro – Psicólogo General Sanitario especialista en Adicciones, Patología Dual y Trastorno mental grave