Higiene y cuidado personal en la esquizofrenia
En la esquizofrenia como en otros trastornos mentales severos, en un porcentaje elevado de ocasiones, el cuidado y la higiene personal se acaban convirtiendo en un foco de discusión familiar diario. Y estas dificultades forman parte de los síntomas de la esquizofrenia, concretamente de los síntomas negativos. A menudo, los hábitos del día a día, como ducharse, lavarse los dientes, afeitarse, cambiarse de ropa… pueden plantear un reto.
Es muy importante poder romper esta falta de autocuidados, considerándose como uno de los pasos primordiales dentro de cualquier tratamiento de la esquizofrenia. Ya que trabajando la higiene personal también trabajaremos, la responsabilidad, el autocuidado, la autoestima, y la autonomía de la persona. Primeramente hemos de quitarnos de la cabeza la idea de la vagancia, en muchas ocasiones en la consulta del psicólogo se escucha «mira si es vago, que ni se viste, y va todo el día en bata por la casa«. ¿Realmente esta conducta es de vago? ¿O puede ser de una persona que tenga otras dificultades detrás de ni molestarse en vestirse? ¿Para qué vestirme si ni voy a salir de casa?. Otra de las expresiones más escuchadas es: «No me apetece…» Es justamente este no me apetece, el que generalmente entendemos incorrectamente y traducimos como que nos están diciendo «Soy un vago…» Pero volvemos a repetir que forma parte de uno de los síntomas de la esquizofrenia más característicos. Ojo, no le apetece ducharse o vestirse, de la misma manera que no le apetece ir al cine o a la discoteca. Aunque sí que es cierto que en algunos casos hay un componente manipulativo, que ya veremos cómo trabajar con él, especialmente en los casos que la persona no tiene ganas de asumir ciertas responsabilidades como de autocuidado personal, pero sí de salir o irse al bar a ver a un amigo.
Entonces, ya hemos visto que es algo frecuente, que genera conflictos y posiblemente discusiones y enfados por parte de la familia, especialmente si es considerado como un acto de vagancia, en lugar de un síntoma de la esquizofrenia más. Y que en algunas ocasiones puede darse también una cierta manipulación o «aprovechamiento» de estar enfermo.
En estas situaciones resulta muy eficaz marcar límites y normas familiares, para establecer un patrón de rutinas mínimas, como son la ducha, cepillado de dientes, cambio de ropa, (sí, la interior también, y conviene revisarlo porque es la que no se suelen cambiar), afeitado, peinado, etc. De forma inicial es posible negociar la frecuencia de dichas actividades, preferiblemente realizando un calendario y especificando de forma diaria qué actividades de autocuidado deberá realizar.
En los casos de esquizofrenia en los que existe un deterioro mayor en áreas tan básicas para la persona es recomendable acompañar al calendario de actividades con rutinas, esto es, que las actividades se hagan todos los días y a las mismas horas. Así estableceremos una rutina ordenada, que les facilitará su cumplimiento. E incluso sería conveniente poder realizar los primeros días esta rutina de forma conjunta. Por ejemplo, cepillarse los dientes juntos y a la misma hora. De esta manera conseguiremos motivar mucho más a la persona.
Y otro elemento muy importante dentro del tratamiento de la esquizofrenia, es reforzar los esfuerzos y los avances que realizan las personas, por pequeños que nos parezcan. Para ellos no son tan pequeños. Este refuerzo puede ser verbal, afectivo o material…Es preferible no abusar de los refuerzos materiales. Y en los casos que antes hemos comentado en los que podía haber un componente maipulativo, volverlos a nuestro favor. «Correcto, si te aseas, te cambias de ropa y te afeitas, esta tarde podrás ir a ver a tu amigo al bar»
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