La característica esencial del Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad es una preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia. Como todos los trastornos de la personalidad se inicia en la adolescencia o principios de la edad adulta.
Las personas con trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad son excesivamente cuidadosas en los detalles, las normas, los horarios, los protocolos y son propensos a las repeticiones. La rigidez en el cumplimiento de los horarios y su elevado perfeccionismo muchas veces entran en conflicto entre sí, pues no pueden cumplir con los horarios establecidos a menos que dejen una actividad inacabada. Esta situación tan cotidiana para ellos/as les hace entrar en dilemas morales que les angustian en sobremanera ya que no son capaces de “retrasar” la siguiente actividad. En su lugar, generalmente distribuyen mal el tiempo y acaban dejando las tareas más difíciles para el final. Este aspecto puede afectar a áreas como el trabajo dado que pueden llegar a retocar un informe tantas veces que cuando finalmente lo entregan está fuera de plazo o ya no es necesario.
Por otra parte, muestran una dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión a las actividades de ocio y las amistades. Parece que siempre están serias y preocupadas, con cosas en la cabeza. Si en algún momento escogen alguna actividad de ocio se la toman como una competición y deben hacerla de forma metódica y escrupulosa en todos los detalles, siguiendo las normas de la tarea al pie de la letra.
Las personas con trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad pueden ser demasiado tercas, inflexibles o escrupulosos con temas morales, de ética o valores. Así mismo, tienden a ser sumamente respetuosos con las figuras de autoridad y las normas. Pueden llegar a negar la ayuda a una persona si eso supone tener que romper con alguno de sus valores.
Presentan serias dificultades para desprenderse de las cosas, que, sumado a la inclinación que tienen a ahorrar (o a no gastar) les hace tener fama de avaros. Generalmente viven muy por debajo de sus posibilidades económicas con la creencia de prevenir catástrofes futuras.
Habitualmente les cuesta mucho delegar, insisten de forma obstinada e irracional que todo se debe de hacer a su manera y siguiendo un orden. Se sorprenden e irritan si otra persona propone o intenta hacerlo de una forma diferente a la propuesta. Por ello la rigidez y la obstinación son dos compañeras de viaje a lo largo de la vida de las personas que padecen trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad.
Diagnostico diferencial del trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
La diferencia principal entre ambos trastornos es que el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad no presenta realmente ninguna obsesión, así como tampoco realiza compulsiones, rituales de comprobación, limpieza, recuento… que son las características principales del TOC.
Sin embargo, es posible que ambos trastornos se den a la vez en una persona (comorbilidad). En este caso, es importante que se detecten y diagnostiquen los dos trastornos para poder realizar un correcto tratamiento.