Ansiedad y estrés
La ansiedad en muchas ocasiones se confunde con el estrés o directamente los utilizamos como sinónimos, pero es un error. La ansiedad es un término mucho más amplio, e incluso médicamente está catalogada como una categoría de enfermedades. Dentro del manual diagnóstico DSM-IV consta como la categoría «Trastornos de ansiedad» donde podemos encontrar
- Crisis de angustia (los conocidos ataques de pánico)
- Agorafobia
- Fobia específica
- Fobia social
- Trastorno obsesivo compulsivo
- Trastorno por estrés postraumático
- Trastorno por estrés agudo
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
- Trastorno de ansiedad no especificado
¿Qué diríais que falta? el estrés no es una enfermedad? cómo no está catalogado dentro de los trastornos de ansiedad? Tenemos mención de estrés en el trastorno por estrés postraumático y existe otra categoría llamada trastorno por estrés agudo que se basa prácticamente en los mismos criterios que el trastorno por estrés postraumático. En ambas categorías estamos hablando acerca de acontecimientos muy fuertes, como estar al borde de la muerte, sucesos que sin duda nos dejan huella, ya sea en forma de pesadillas, flashbacks, fobias o miedos específicos. Pero cuando hablamos del estrés no nos referimos a acontecimientos traumáticos. Generalmente el estrés lo asociamos a esa sensación de no llegar… de forma equivocada nos referimos al estrés como «no tengo tiempo» y realmente el estrés no es una falta de tiempo… entonces nos preguntamos… qué es el estrés.
Qué es el estrés
La respuesta a qué es el estrés es más compleja de lo que aparenta a simple vista. Como hemos comentado anteriormente no es tener demasiada faena o no disponer de tiempo para hacerla. El estrés es un mecanismo de activación del cuerpo para hacer frente a las amenazas. En sí es un mecanismo adaptativo y adecuado, puesto que prepara a nuestro cuerpo para afrontar un desafío. El problema viene cuando tenemos un estado de estrés sostenido, es decir la fuente que nos genera esta activación extra no desaparece por lo que nuestro cuerpo está en alerta constante.
Veamos un ejemplo, durante el curso escolar los alumnos están más o menos relajados, pero la semana de exámenes finales la tensión aumenta, muchos estudiantes afirman estar estresados, y podemos decir que este estrés alcanza sus cotas más elevadas momentos antes de sentarse a realizar un examen. Tras finalizar el examen, este estrés desaparece de forma progresiva… ya está hecho y saldrá lo que tenga que salir. Durante estos días en los que el alumno ha estado bajo los efectos del estrés su cuerpo ha estado sobre activado, permitiéndole estudiar más horas, concentrarse más, permanecer despierto más tiempo… todos sus mecanismos de activación han estado alerta, había tensión. Y finalmente tras los exámenes esta tensión se elimina del cuerpo.
Pero qué ocurriría si estuviéramos bajo examen todos los días. Si en el trabajo siento que cualquier cosa que haga será supervisada y evaluada por mi superior y que de ello depende mi puesto de trabajo. Nos encontramos ante una situación de estrés en la que hay una sobre activación, que en los primeros días me podría ayudar, pero que esta sobre activación no disminuye o cesa, sino que se mantiene en el tiempo. Esto produce un desgaste a mi cuerpo que a la larga me pasa factura. Y es cuando comienzo a tener problemas de sueño, acidez estomacal o malas digestiones, pérdida del deseo sexual, falta de fuerzas, estado de ánimo abatido…Es el llamado estrés crónico, burnout… Acudimos al médico y nos dice «no tiene nada, serán nervios...» pues vale y qué hago con mis nervios doctor?
Por eso mismo el estrés no es considerado una enfermedad en sí misma, más bien un proceso de desgaste. Nuestro cuerpo se va desgastando por el sobresfuerzo de estar sobre activado, y cuando mi cuerpo no aguanta más y aparecen las dolencias físicas, es cuando nos damos cuenta que estamos estresados, realmente no le ocurre nada especial a mi estómago, es que todo mi cuerpo lleva demasiado tiempo estresado. Hoy me duele el estómago pero mañana será otra cosa. ¿El problema? el desgaste al que hemos sometido a nuestro cuerpo. Y desgraciadamente no siempre nos tomamos en serio el estar estresados, «pero si todo el mundo lo está…no?» Aprendamos un poco más a cuidarnos, ya que pese a que médicamente el estrés no sea una enfermedad, en la práctica es la enfermedad del siglo XXI.
1 comentario
Excelente articulo.