¿Las personas con esquizofrenia son realmente responsables de sus actos?
Uno de los problemas que supone un reto para las personas que sufren esquizofrenia, sus familias, el psicólogo, médico y en general, profesionales de la salud, conjuntamente con los jueces, es evaluar el nivel de control que una persona puede ejercer sobre sus síntomas de la esquizofrenia y su comportamiento. La mayoría de personas tienen cierto control y son parcialmente responsables de sus actos, pero lo cierto es que el grado de control varía de una persona a otra, e incluso en la misma persona puede variar en función del momento en el que se encuentre, de una semana a otra su situación puede se muy diferente.
En este punto es muy importante hablar del momento, o la fase dentro de la esquizofrenia en la que se encuentra la persona. Ya que no es lo mismo una persona que recientemente ha tenido una alucinación o un delirio, a una persona sin delirios o alucinaciones pero con un afecto aplanado, completamente desmotivada, o apática. Por no mencionar una persona con esquizofrenia pero con una correcta adherencia al tratamiento farmacológico, con su seguimiento con el psicólogo, que lleva su vida organizada y lo más autónoma posible. Es decir, en estos tres casos expuestos, está claro que la persona con menos control es la que está sufriendo alucinaciones o delirios, o los ha sufrido muy recientemente, seguida por la persona con síntomas más afectivos, del estado de ánimo. Y finalmente la persona que se encuentra estable con un seguimiento y un control, se podría afirmar que tiene pleno control de sus actos y comportamientos. Pero como se comentaba al principio, incluso esta persona estable, podría llegar a desestabilizarse a raíz de algún evento estresante, o situación de presión fuerte, (ruptura de pareja, pérdida de empleo, …) y es en este momento cuando nuevamente puede volver la sintomatología de la esquizofrenia más dañina como las paranoias, los delirios, alucinaciones… que, en esta situación, sí que se puede considerar que la persona no es plenamente responsable de sus actos.
Pongamos un ejemplo. Supongamos una persona que padece esquizofrenia, se encuentra en una fase con delirios, y cree firmemente que le han marcado su ropa y que tiene micrófonos cosidos. Se encuentra en el supermercado realizando la compra de la semana. Es posible que siga comprando, pero que se desnude para evitar que le sigan vigilando, sin ropa ya no tiene micrófonos… ¿Se le puede detener y encerrar o sancionar por escándalo público? ¿Es plenamente responsable de sus actos? Delicado…
Por otro lado tenemos la otra cara de la moneda, cuántas veces se ha escuchado en la consulta del psicólogo «Estoy algo mejor, pero no lo suficiente como para ir a trabajar» O ese hijo que le dice a su madre que no se encuentra bien para no hacerse ni la cama de su cuarto. ¿Dónde está el límite? En estos casos es muy importante conocer muy bien a la persona y saber exactamente cuándo se encuentra con síntomas psicóticos y cuándo se encuentra aplanado o sin ánimos. La manipulación está al orden del día. Y a decir verdad la mayoría de familias comenta saber identificar cuándo la persona «se va» es decir «es cómo si fuera otra persona», «te mira pero es como si no te viera». Es en esos casos cuando generalmente la familia describe que la persona con esquizofrenia realiza esos comportamientos extraños en casa, y clínicamente se describe como comportamiento psicótico. Ahí nuevamente es cuando la responsabilidad del individuo se puede poner en tela de juicio. De todas formas lo mejor es siempre acudir a un especialista en salud mental ya que puede evaluar mucho mejor a la persona ya que pueden examinar y los rasgos de personalidad que subyacen a la esquizofrenia, y por lo tanto delimitar y definir mucho mejor su comportamiento.
Lo que sí nos queda claro, es que cada caso hay que evaluarlos de forma individual, y en estos temas no es posible generalizar ni afirmar una cosa ni la contraria. La persona que un día tiene pleno control quizás el mes siguiente no lo tenga tanto.
No he sido yo 🙂
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