Autoestima

La autoestima

La autoestima es considerada por la mayoría de ramas de la psicología como la base para el bienestar psicológico. Una correcta autoestima nos generará un sentimiento de bienestar y una sensación de capacidad para afrontar los problemas, mientras que una autoestima baja nos dificultará el día a día y posiblemente nos genere un sentimiento de malestar, que a la larga puede acabar en depresión.

Pero ¿qué es la autoestima? Muchos autores la han definido como la base del auto concepto, es decir, el conjunto de percepciones, imágenes, pensamientos, juicios y afectos sobre uno mismo. Nuestra visión subjetiva de nosotros mismos. Dentro de esta visión nos valoramos, como más o menos capaces de afrontar nuestro día a día, que viene fuertemente marcado por nuestras experiencias pasadas de logros o fracasos. Por lo que la autoestima lleva implícita la auto aceptación, es decir la capacidad de aceptarnos tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, pues hemos de poder tolerar nuestros fallos. De lo contrario cada pequeño fallo irá mermando nuestra autoestima.

Cómo desarrollar de forma adecuada nuestra autoestima

Para desarrollar nuestra autoestima de forma adecuad deberemos desarrollar los siguientes aspectos:

Autoconocimiento: ¿Realmente nos conocemos? conocemos nuestras limitaciones, los puntos fuertes, cómo actúo ante los demás y cómo lo hago en privado, el porqué de mis reacciones, qué me beneficia y qué me perjudica, sabemos cuáles son nuestras necesidades y deseos, o cuáles son mis creencias y valores y por qué defiendo unos u otros, qué siento realmente y que reprimo… muchas culturas consideran el autoconocimiento como la piedra filosofal de la felicidad, y realmente cuándo estamos seguros de conocernos…cuántas veces no nos sorprendemos a nosotros mismos. Queda mucho camino por andar.

Aprecio: Tanto al resto como a nosotros mismos, nos hemos de valorar por lo que somos y siempre respetar. Si nosotros no nos respetamos… el resto difícilmente lo hará. Hemos de acunar el sentimiento de querernos de una forma real y auténtica.

Auto aceptación: en el proceso de autoconocimiento quizás descubramos aspectos de nosotros mismos que no nos agraden, limitaciones personales, formas de comportamiento… Así somos. Y hasta que no lo aceptemos no podremos cambiarlo si lo deseamos cambiar. Aceptar no es resignarse, es no castigarse por ser como uno es.

Atención: Nuestro cuerpo siempre nos está enviando señales, vamos a prestarnos un poco de tiempo y cuidarnos, un poco en la línea del aprecio y el respeto a uno mismo.

Autoafirmación: Que se desarrolla conjuntamente con el autoconocimiento, la aceptación, y el aprecio a uno mismo, en ese momento uno se define y se afirma, defiende sus valores, sus derechos y reclama su espacio entre el resto.

Aceptación de las responsabilidades: Este último punto nos hace dueños y señores de nuestro camino, no dependemos del resto, nos auto responsabilizamos de nuestra vida y somos los primeros responsables de nuestro futuro. No permitimos que el azar, el destino, o lo que sea, dirija nuestra vida. Somos responsables y tomamos nuestras decisiones, correctas o no, asumimos nuestra responsabilidad de escoger.

El Yo ideal

No podemos hablar de autoestima sin tener en cuenta el yo ideal, o el cómo me gustaría ser. Este concepto es tan fuerte que muchos autores lo consideran en sí una definición de la autoestima. De alguna manera la distancia entre cómo somos y cómo nos gustaría ser va a ser determinante en nuestra auto valoración. Si me encuentro muy lejos de cómo me gustaría ser es normal que me desanime, y por el contrario si estoy cerca de mi yo ideal, estaré contento y feliz puesto que estoy a un paso de mi meta.  Por ello hemos de ser muy cuidadosos con nuestros deseos… y poner los pies en la tierra. A todos nos gustaría ser Messi del Barcelona,  no? Posiblemente aquel que vea un abismo en cómo es y cómo le gustaría ser, debiera realizar un trabajo de auto aceptación.

Autoestima

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.